La actual situación del país, es por demás delicada. En todos los aspectos, la sociedad venezolana se ha visto visiblemente afectada, por las diversas medidas que ha tomado el gobierno del Presidente Hugo Chávez. Principalmente por el carácter de las mismas, que en lugar de atacar los problemas del país de manera integral a fin de obtener resultados positivos, ha ideado planes y programas superficiales, que si bien tienen un resultado inmediato, a la larga, se diluyen y pierden el impacto, como ha pasado con las diversas misiones sociales presentadas durante estos últimos diez años.
El panorama, sin ánimos de ser pesimista, es oscuro. Los diversos sectores del país se encuentran sumamente desmotivados, ante las diversas promesas de parte y parte, que siempre se quedan en eso, en promesas. De un lado el gobierno nacional, cuyos índices de eficiencia han ido decayendo considerablemente en los últimos tiempos, debido en parte a lo expresado anteriormente, así como por los altos índices de corrupción. Por el otro lado, tenemos a una oposición, en la cual, las ansias de protagonismo, cercenan cualquier tipo de programa conjunto, en pro de exigir de manera contundente la inclusión de toda la sociedad, en la discusión de políticas públicas eficientes, tan necesarias en los actuales momentos.
En consecuencia, el principal problema del país, es que, para ninguno de los dos sectores, la prioridad es Venezuela, unos luchan por mantenerse en el poder y los otros por regresar, pero solo por el simple hecho de ostentarlo, más no con la voluntad de trabajar por un futuro prospero y productivo, que saque al país del atolladero en el que se encuentra.
Es necesario abstraernos de la realidad política y ser pragmáticos. Trabajar juntos, verdaderamente unidos como sociedad, sin importar colores, ni creencias; unidos partidos políticos, con gremios, ong´s, estudiantes y la sociedad civil en pleno. Palpar verdaderamente a las bases y consultar con ellas, con el ciudadano llano, ¿Cuáles son sus deseos?, ¿Qué país quieren?, ¿Qué acciones proponen? Y partiendo de allí construir un gran consenso nacional, en el que se materialice una propuesta de país alternativa, a la mamarrachada que representa el “Socialismo del Siglo XXI”.
Si no realizamos estos esfuerzos y dejamos a un lado nuestros intereses personales, jamás y nunca, podremos llevar una voz enérgica y unificada, que tenga la suficiente fortaleza para presionar contundentemente al Alto Gobierno, a fin de exigir la apertura de espacios de diálogo y discusión, que permitan contrastar realidades y construir consensos, entre los más diversos puntos de vista que existen en el país.
Por el contrario, si seguimos como estamos, contribuimos a la decepción y al fomento de la apatía de la ciudadanía, que día tras día, evita más y más, la participación en la política, debido a que no percibe, ni palpa los resultados, de acciones aisladas, producto de esa “falsa unidad” que existe solo entre los partidos políticos. O cambiamos, o seguiremos en este mismo camino y en cada segundo que pasa, se seguirá consumiendo el futuro y las esperanzas de los venezolanos.
Francisco Javier Touceiro Rodríguez.
C.I. V-17758887