Elección tras elección, surgen nuevas dudas sobre el proceso electoral, dudas que desmotivan a parte del electorado de participar en los comicios y que los alejan cada día más de participar en la vida política del país.
Esos temores justificados o no, alimentan el morbo de quienes buscan una salida fácil y rápida, de quienes predican que la vía es incendiar el país y acabar con la revolución a como dé lugar, antes de que sea demasiado tarde para todos. Los radicales se benefician de la actitud del CNE, que dejan mucho que desear y a más de uno con un mal sabor de boca.
2010, elecciones a la Asamblea Nacional, la oposición obtiene prácticamente la misma cantidad de votos que el oficialismo, sin embargo la diferencia en el número de diputados es totalmente desproporcionada. Adicional a esto, se anunció que los resultados se presentarían 2 horas después del cierre de las mesas, la realidad, se anunciaron 8 horas después; sin mediar ningún tipo de explicación, que subsanara las dudas que tal espera había despertado en los ciudadanos que horas antes habían acudido a ejercer su derecho al sufragio.
Finalmente se ofrece el primer boletín, con datos incompletos. El voto lista, el número de diputados por estado, salvo algunas excepciones y la votación al Parlamento Latinoamericano. Posteriormente se publican en internet, nuevamente incompletos y con constantes modificaciones, nuevamente sin ningún tipo de explicación para el electorado.
El día de ayer 28 de septiembre, se impugna el resultado del circuito plurinominal 5 de Carabobo y se anuncia la impugnación del circuito plurinominal 3 de Bolívar, en los que se eligen 6 diputados, 3 en cada caso. Se alegan diversas irregularidades entre el voto lista y el voto nominal y una supuesta sumatoria de más del 100% en el voto nominal, cuestión que es normal en el caso de los circuitos plurinominales, pero que no es del conocimiento público. La decisión del CNE, en lugar de explicar la situación y aclarar las dudas del electorado, fue la de eliminar los porcentajes en el voto nominal, sembrando aún más dudas en la transparencia del proceso y la confiabilidad de los resultados.
Las anteriores situaciones, son solo algunos ejemplos de irregularidades que comete el propio árbitro, todo sin contar, la imposibilidad de una auditoría independiente al REP, las denuncias de multicedulación y algunas otras fallas que empañan la credibilidad del CNE.
Me pregunto en ocasiones, si no es una situación premeditada por parte del propio gobierno en conjunto con el CNE para fomentar la radicalización de sectores de la oposición, al sembrar serias dudas sobre la viabilidad de una salida electoral a la crisis del país. Radicalización esta que beneficia ampliamente al sector oficial, que se alimenta del conflicto y la polarización, sembrando su mensaje de odio y división entre los venezolanos.
Es necesario, que como ciudadanos exijamos el nombramiento de nuevas autoridades electorales, que realmente sean imparciales y fomenten la confianza de todo el país. Un CNE que haga respetar la ley y que atienda las inquietudes de la ciudadanía fomentando la confianza y a su vez la participación ciudadana en los procesos electorales y en la vida política del país.
Francisco Javier Touceiro Rodríguez.C.I. V-17758887
Esos temores justificados o no, alimentan el morbo de quienes buscan una salida fácil y rápida, de quienes predican que la vía es incendiar el país y acabar con la revolución a como dé lugar, antes de que sea demasiado tarde para todos. Los radicales se benefician de la actitud del CNE, que dejan mucho que desear y a más de uno con un mal sabor de boca.
2010, elecciones a la Asamblea Nacional, la oposición obtiene prácticamente la misma cantidad de votos que el oficialismo, sin embargo la diferencia en el número de diputados es totalmente desproporcionada. Adicional a esto, se anunció que los resultados se presentarían 2 horas después del cierre de las mesas, la realidad, se anunciaron 8 horas después; sin mediar ningún tipo de explicación, que subsanara las dudas que tal espera había despertado en los ciudadanos que horas antes habían acudido a ejercer su derecho al sufragio.
Finalmente se ofrece el primer boletín, con datos incompletos. El voto lista, el número de diputados por estado, salvo algunas excepciones y la votación al Parlamento Latinoamericano. Posteriormente se publican en internet, nuevamente incompletos y con constantes modificaciones, nuevamente sin ningún tipo de explicación para el electorado.
El día de ayer 28 de septiembre, se impugna el resultado del circuito plurinominal 5 de Carabobo y se anuncia la impugnación del circuito plurinominal 3 de Bolívar, en los que se eligen 6 diputados, 3 en cada caso. Se alegan diversas irregularidades entre el voto lista y el voto nominal y una supuesta sumatoria de más del 100% en el voto nominal, cuestión que es normal en el caso de los circuitos plurinominales, pero que no es del conocimiento público. La decisión del CNE, en lugar de explicar la situación y aclarar las dudas del electorado, fue la de eliminar los porcentajes en el voto nominal, sembrando aún más dudas en la transparencia del proceso y la confiabilidad de los resultados.
Las anteriores situaciones, son solo algunos ejemplos de irregularidades que comete el propio árbitro, todo sin contar, la imposibilidad de una auditoría independiente al REP, las denuncias de multicedulación y algunas otras fallas que empañan la credibilidad del CNE.
Me pregunto en ocasiones, si no es una situación premeditada por parte del propio gobierno en conjunto con el CNE para fomentar la radicalización de sectores de la oposición, al sembrar serias dudas sobre la viabilidad de una salida electoral a la crisis del país. Radicalización esta que beneficia ampliamente al sector oficial, que se alimenta del conflicto y la polarización, sembrando su mensaje de odio y división entre los venezolanos.
Es necesario, que como ciudadanos exijamos el nombramiento de nuevas autoridades electorales, que realmente sean imparciales y fomenten la confianza de todo el país. Un CNE que haga respetar la ley y que atienda las inquietudes de la ciudadanía fomentando la confianza y a su vez la participación ciudadana en los procesos electorales y en la vida política del país.
Francisco Javier Touceiro Rodríguez.C.I. V-17758887