La realidad actual del país exige contundencia y compromiso, constancia y consistencia en lo que se defiende o al menos se dice defender. En ese sentido girará este artículo. El Movimiento Estudiantil venezolano, contrario a las políticas del gobierno del Presidente Chávez, busca la paz, la reconciliación y el diálogo entre los venezolanos, todo esto enmarcado claro esta y como es bien conocido dentro de la No Violencia Activa.
Es así como vale la pena, recordar la labor de algunos movimientos estudiantiles pasados, como por ejemplo la Generación del 28, que surgió en medio de un régimen de represión y combate a la disidencia por vía de los cuerpos de seguridad. En aquel caso, el despertar de los estudiantes, desencadeno un movimiento nacional que sentó las bases para la instauración de la democracia años más tarde y cuyos dirigentes figuraron como máximos representantes de ese nuevo sistema de gobierno.
En la actualidad, el panorama si bien no se asemeja al del 28 en cuanto al nivel y la brutalidad de la represión, si es bastante delicado, ya que de forma lenta pero segura, se han venido coartando los derechos de los ciudadanos. En una especia de dictadura sofisticada, con guante blanco. Aunado a esto la situación general del país es de crisis, el sector eléctrico al borde del colapso, la inseguridad desbordada hace de las suyas a sus anchas sin que exista autoridad alguna que pueda controlar ese terrible flagelo, el racionamiento de agua que atenta contra la calidad de vida de los venezolanos, el alto costo de la vida, las constantes agresiones contra la empresa privada, junto con los elevados índices de corrupción a todos los niveles, conforman el contexto de la Venezuela actual.
Los estudiantes protestan por períodos, cada cierto tiempo los vemos salir y hacer lo que muchos no se atreven, lo cual tiene un profundo mérito y por ello se han ganado el alto nivel de credibilidad con el que cuentas. Sin embargo no todo son rosas, la falta de consistencia de estas expresiones de descontento popular, solo producen frustración dentro de la propia población universitaria, no por el tema del cortoplacismo, sino por la carencia de resultados visibles y tangibles de estas acciones, más allá de estudiantes, muertos, heridos o detenidos.
Las protestas estudiantiles están totalmente sustentadas por la tétrica situación que vive el país, pero las mismas carecen de objetivos y resultados claros. En este último caso, el detonante que lanzo de nuevo a las calles al Movimiento Estudiantil fue la salida del aire por segunda vez de RCTV. Esto detono las protestas, sin embargo no fue lo único, ni el principal motivo de las mismas, ya que existen problemas que impactan de forma más directa al ciudadano de a pie, que el simple hecho de tener un canal menos de televisión. Esto visto, desde la idiosincrasia del venezolano. Ya que obviamente la salida de un canal de televisión del aire va en detrimento de la libre expresión, tanto de periodistas como de ciudadanos, así como una violación del derecho a estar bien informados, como también una fuente menos de entretenimiento. Pero eso ya daría para otro artículo, que quizás me anime a escribir.
En conclusión, las protestas estudiantiles parecen ser una vía de desahogo ante la situación del país, pero que terminan causando más ahogo, o como dije anteriormente frustración dentro de la propia población universitaria, ya que no generan un impacto contundente que derive en decisiones del gobierno que busquen solución a los problemas que los llevan a la calle. Normalmente pasan una o dos semanas, cinco o seis actividades y el empuje y el esfuerzo se desvanecen. Se requiere de manera urgente y necesaria, un compromiso real de cambio y una mayor consistencia, que los mensajes perduren en el tiempo y que no veamos a un movimiento intermitente que protesta cada cierto tiempo y que ya la sociedad se está acostumbrando a que aparece y desaparece sin pena ni gloria.
A manera de cierre pregunto: ¿Es qué acaso las causas que motivaron al estudiantado a salir a las calles ya no existen, se desvanecieron o se resolvieron?
Es así como vale la pena, recordar la labor de algunos movimientos estudiantiles pasados, como por ejemplo la Generación del 28, que surgió en medio de un régimen de represión y combate a la disidencia por vía de los cuerpos de seguridad. En aquel caso, el despertar de los estudiantes, desencadeno un movimiento nacional que sentó las bases para la instauración de la democracia años más tarde y cuyos dirigentes figuraron como máximos representantes de ese nuevo sistema de gobierno.
En la actualidad, el panorama si bien no se asemeja al del 28 en cuanto al nivel y la brutalidad de la represión, si es bastante delicado, ya que de forma lenta pero segura, se han venido coartando los derechos de los ciudadanos. En una especia de dictadura sofisticada, con guante blanco. Aunado a esto la situación general del país es de crisis, el sector eléctrico al borde del colapso, la inseguridad desbordada hace de las suyas a sus anchas sin que exista autoridad alguna que pueda controlar ese terrible flagelo, el racionamiento de agua que atenta contra la calidad de vida de los venezolanos, el alto costo de la vida, las constantes agresiones contra la empresa privada, junto con los elevados índices de corrupción a todos los niveles, conforman el contexto de la Venezuela actual.
Los estudiantes protestan por períodos, cada cierto tiempo los vemos salir y hacer lo que muchos no se atreven, lo cual tiene un profundo mérito y por ello se han ganado el alto nivel de credibilidad con el que cuentas. Sin embargo no todo son rosas, la falta de consistencia de estas expresiones de descontento popular, solo producen frustración dentro de la propia población universitaria, no por el tema del cortoplacismo, sino por la carencia de resultados visibles y tangibles de estas acciones, más allá de estudiantes, muertos, heridos o detenidos.
Las protestas estudiantiles están totalmente sustentadas por la tétrica situación que vive el país, pero las mismas carecen de objetivos y resultados claros. En este último caso, el detonante que lanzo de nuevo a las calles al Movimiento Estudiantil fue la salida del aire por segunda vez de RCTV. Esto detono las protestas, sin embargo no fue lo único, ni el principal motivo de las mismas, ya que existen problemas que impactan de forma más directa al ciudadano de a pie, que el simple hecho de tener un canal menos de televisión. Esto visto, desde la idiosincrasia del venezolano. Ya que obviamente la salida de un canal de televisión del aire va en detrimento de la libre expresión, tanto de periodistas como de ciudadanos, así como una violación del derecho a estar bien informados, como también una fuente menos de entretenimiento. Pero eso ya daría para otro artículo, que quizás me anime a escribir.
En conclusión, las protestas estudiantiles parecen ser una vía de desahogo ante la situación del país, pero que terminan causando más ahogo, o como dije anteriormente frustración dentro de la propia población universitaria, ya que no generan un impacto contundente que derive en decisiones del gobierno que busquen solución a los problemas que los llevan a la calle. Normalmente pasan una o dos semanas, cinco o seis actividades y el empuje y el esfuerzo se desvanecen. Se requiere de manera urgente y necesaria, un compromiso real de cambio y una mayor consistencia, que los mensajes perduren en el tiempo y que no veamos a un movimiento intermitente que protesta cada cierto tiempo y que ya la sociedad se está acostumbrando a que aparece y desaparece sin pena ni gloria.
A manera de cierre pregunto: ¿Es qué acaso las causas que motivaron al estudiantado a salir a las calles ya no existen, se desvanecieron o se resolvieron?
Francisco Javier Touceiro Rodríguez.
C.I. V-17758887