El pasado 28 de junio, el Ex Presidente José Manuel Zelaya Rosales, fue derrocado, por medio de un golpe de estado, en el que se le capturó y se le expulsó del país, rumbo a Costa Rica.
Inició de su pintoresca y mediática novela, caracterizada por la falsedad y caradurismo, de este funesto personaje, falto de toda ética y responsabilidad. Auspiciado y empujado desde afuera, a radicalizar su línea y forzar el desenlace fatal del conflicto político hondureño. Un simple títere manejado a distancia, hace lo que el jefe del imperio bananero del ordena, demostrando una total falta de criterio e independencia de su accionar.
El pasado 5 de julio, realizó su primer intento, en aquella ocasión por aire, en un avión de su jefe y acompañado de Miguel D`Escoto Presidente de la Asamblea General de la ONU. Los militares, cerraron el aeropuerto internacional de Toncontín y le prohibieron el aterrizaje a la aeronave de matrícula venezolana.
Posteriormente y como es bien sabido; bajo la mediación del Presidente costarricense Oscar Arias, delegaciones de Zelaya y Micheletti, se reunieron en varias ocasiones, a fin de buscar una solución consensuada a la crisis hondureña.
Las negociaciones como declarará la representante de la misión de Zelaya, fracasaron, lo cual supone que la delegación del depuesto Presidente, rechazaba el documento conocido como el “Acuerdo de San José”, que constaba de 12 puntos principales. Por su parte la delegación del Presidente Micheletti, planteó estar de acuerdo con la propuesta del Presidente Arias, pero que era necesaria una consulta entre los distintos poderes, a fin de tomar una decisión final, que al día de hoy aún se espera.
El día de ayer, Zelaya, nuevamente en medio de un show mediático, de esos que el gobierno venezolano tanto crítica, intentó nuevamente ingresar a territorio hondureño, esta vez por la frontera con Nicaragua, específicamente por el punto fronterizo de “Las Manos”, acompañado por una reducida comitiva, conformada principalmente por periodistas, adicionalmente, van con él la Ex Canciller Patricia Rodas y en primera instancia por Canciller venezolano Nicolás Maduro, quien se veía como copiloto en las imágenes de la llegada de Zelaya a la frontera, pero que luego no fue divisado en el resto del día.
En la jornada, supuestamente heroica de la marcha de Zelaya en su fallido regreso a Tegucigalpa, logró ingresar por espacio de alrededor de dos horas a territorio hondureño, levantada una vieja cadena oxidada, de allí en adelante dio alrededor de 5 o 10 pasos hasta un anunció que rezaba “Bienvenidos a Honduras”, allí conversó con un Coronel del Ejército hondureño, el mismo se retiró posteriormente y Zelaya quedo a la espera de su familia y de una comunicación con el jefe del Estado Mayor Conjunto, Romeo Vázquez, que nunca llegó.
La fuerte militarización de la frontera prohibió el paso a la esposa e hijos del Ex Presidente Zelaya, sin embargo, es necesario una contundente aclaratoria. Los críticos de oficio de los gobiernos populistas de Latinoamérica, por los cuales debemos sentir un gran desprecio, han esgrimido y catalogado al nuevo gobierno del Presidente Micheletti como un dictadura, así sin son ni ton, dictadura pura y seca.
Sin embargo, y aquí viene la aclaratoria, quienes esgrimen estos calificativos, reprimen brutalmente a las fuerzas opositoras en sus países, sino pregúntenle a Chávez, esa frase deplorable que gritara en un acto público “me les echan gas del bueno y me los meten presos”, refiriéndose no precisamente a aceptar la actividad de la disidencia, algo absolutamente normal en las democracias socialistas del siglo XXI. Luego vemos a un Correa que persigue a medio de comunicación, expropia empresas y tierras en su país, atacando directa y frontalmente a la oposición a su gobierno y armando escenas de rebeldía adolescente en el ámbito internacional, generando tensión con su vecino Colombia. Otro caso curioso, e ideal para el espacio “Aunque usted no lo crea” de Globovisión, fue ver a Raúl Castro de quién no diré nada, pedir democracia en Honduras, si pedir democracia en Honduras. Claro lo que pasa es que yo en mi postura radicalizada no me doy cuenta, de que el régimen castrista es legítimo, ha tenido que aparecer el Secretario General de la Liga de Presidentes Americanos, ese insulso que fue mandado al cipote y calificado de pendejo, si si, desde la P hasta la O, quién en una de su intervenciones más ilustres esgrimió, que el régimen castrista era legítimo, óiganlo bien, era legítimo debido a la cantidad de años que tenía en el poder.
Yo me pregunto. En Zimbabue, con Mugabe ¿Hay democracia? En Bielorrusia, con Lukashenko ¿Hay democracia? En Libia, con Gaddafi ¿Hay democracia? En Gabón, con Bongo ¿Había democracia? Solo son preguntas que me hago yo, ahora resulta ser que si un Presidente, sea del talante que sea su gobierno, dura más de una década en el poder, se enviste automáticamente de legitimidad. Como diríamos en criollo, No me jodas!!!
Pues bueno ese es Insulza, el Secretario General de la OEA. Un hombre muy maleable, parece una gelatina, todo sea por la reelección, esa palabra tan de moda en el continente y que ha llevado a Honduras a la precaria situación actual.
Bien, retomando el tema de la “dictadura” de “Goriletti” como descaradamente le llaman los gorilas golpistas del continente, es una dictadura muy particular. Se permiten manifestaciones diarias de los seguidores de Zelaya, cada día más escuálidas, para usar un término afín y común a nosotros. Se permiten cierres de vías, casi diarios, se permiten disturbios, agresiones a las fuerzas de orden público. Se permiten actos vandálicos. Se les permite manifestar a los seguidores de Zelaya, a pesar de existir un toque de queda, como el del día de hoy. Y si efectivamente ha existido represión, pero una represión diría yo que más bien muy moderada, comparada con los palazos que se reciben en nuestro país.
Curiosamente se habla de la brutal represión del régimen de Micheletti. Zelaya y Rodas hablan despavoridos de ella. Yo les haría una invitación a que vengan a una manifestación en Caracas, de esas que comúnmente no son permisadas y que en los pocos casos en las que se intenta avanzar son fuertemente reprimidas. La última el 1ro de mayo de este año.
En fin, la doble moral de los líderes de nuestro continente es alarmante. La degradación de la política, aleja cada día más a los ciudadanos de bien, de interesarse en su ejercicio, la política como decía Carlos Andrés Pérez la “inventó el diablo”, pareciera que sí. Un grupejo encabezado por Chávez, seguido de Ortega, Correa, Morales, Lugo y la oportunista familia Kirchner, dirige a sus anchas, en sus respectivos países, manejándolos cual fincas de su propiedad. El caso más grave y el más conocido, nuestro Presidente, quien maneja al país como su gran empresa, compra, expropia, rompe, reprime, persigue, hostiga, regula, controla todo a su alrededor. Desde lo político, cosa que sería normal en todo caso, hasta lo cultural, incluyendo en el combo lo económico y lo social. El control de todo es lo que se persigue. Totalitarismo.
Allí si defino yo a los regímenes “legítimos” de América Latina, como Totalitarismos Populistas, que buscan en control de toda la sociedad para garantizarse la continuidad en el poder. De Honduras depende, el comienzo del fin o el fin del comienzo de la lacra revolucionaria de Latinoamérica.
En Honduras lo que importa no es Zelaya, el solo es un objeto, un conejillo de indias, que en el caso de triunfar será desechado, pues los planes de su jefe no lo incluyen. La próxima ficha en Honduras en Patricia Rodas, eso en caso de ganar la revolución.
Desde mi percepción, quizás equivocada, o no, Honduras representa un punto de inflexión en el proceso revolucionario latinoamericano, de triunfar las fuerzas regresionistas, será un importante paso hacia la consolidación y radicalización de los procesos. Se desprendería de ello, una importantísima bocanada de oxígeno a la banda de pillos, que manejan el continente. En caso de fracasar, sería lo contrario, el temor de Leonel Fernández, Presidente de la República Dominicana, se convertiría en realidad, Honduras, sería un referente exitoso, de la lucha contra el populismo y la demagogia, e impulsaría situaciones similares de fuerte y cruento combate en contra de los regímenes arcaicos que hacen vida en la región, temblarían unos cuantos, quizás sin opciones de aguantar la presión.
En resumen, ya para concluir, se ha creado una gesto heroica del trayecto en un cómodo Jeep, de un Presidente hacia la frontera con su país, lo cual denota sino un desconocimiento, un profundo desprecio por la historia de la humanidad. Se ha oído con estupor, comparar el trayecto y el intento, hasta ahora fallido, de regreso de Zelaya, con la lucha de Gandhi, de Mao Tse Tung, de Mandela, de Bolívar.
Solo les dejo un último comentario, como punto de partida de un necesario análisis que debemos hacer.
"La revolución comienza como promesa, se disipa en agitaciones frenéticas y se congela en dictaduras sangrientas que son la negación del impulso que la encendió al nacer" Octavio Paz.
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