En América Latina la situación de la libertad de expresión es sumamente delicada, en un considerable número de países observamos fuerte presión sobre la labor de los medios de comunicación, vemos como ejecutivos opresores intentan controlar los contenidos emanados por dichos entes, a través de rigurosas leyes que han sido sancionadas en varios países como Venezuela, Ecuador o Argentina. Despertando las airadas críticas de quienes como yo, consideramos a la libertad de expresión un derechos humanos fundamental, ya que no solo nos permite expresarnos y decir lo que pensamos o denunciar lo que consideramos está mal, sino que a su vez es garantía del derecho humano a estar bien informados acerca de lo que pasa en nuestro entorno.
Es así como en los últimos años se han recrudecido los ataques contra la prensa, cierre de medios de comunicación, canales de televisión, emisoras de radio o revistas. En la misma línea la violencia contra periodistas se ha elevado fuertemente y Latinoamérica ha pasado a ser el segundo continente más peligroso para el ejercicio del periodismo en cuanto a número de asesinatos, solo superado por Asia. A su vez, los ataques y agresiones contra los comunicadores sociales son auspiciados a través de los discursos violentos e irresponsables de las cabezas de gobierno en el continente, lo cual exacerba aún más el clima de hostilidad contra los periodistas.
Expresarse en las Américas es cada día más difícil, el hostigamiento contra la prensa que se ha venido desarrollando en los últimos años comienza a mostrar sus frutos, medios de comunicación blandengues, que lejos de cumplir con su rol, se prestan como cómplices en regímenes tendientes al autoritarismo y al control total de la sociedad en sus formas de expresión.
Sin duda, hace falta un cambio en los medio de comunicación, pero no el cambio que estamos viendo, hace falta un verdadero compromiso con la ética del periodismo. La prensa debe ser el fiel reflejo de lo que pasa en las sociedades, no el reflejo de grupos políticos o económicos con fuerte influencia debido al poder que ostentan. Los medios de comunicación deben ser eso, medios de expresión de las carencias y necesidades del pueblo, deben ser el reflejo de lo bueno y lo malo que pasa en nuestras sociedades, alejados de cualquier interés de grupo particular alguno.
Es así como debemos levantar nuestra de voz de protesta y clamar por medios de comunicación realmente libres e independientes, que cumplan con su verdadero rol, que es informar, veraz y objetivamente, e igualmente fungir como espacios recreativos para la población. En de vital importancia que los medios de comunicación tomen conciencia de lo que puede generar los contenidos emanados por los mismos. Podemos recordar el caso de Ruanda donde el irresponsable manejo de los medios derivo en una cruenta guerra civil de la que todos conocemos sus terribles consecuencias.
Debe ser un compromiso de todos, trabajar por espacios sanos de intercambio de ideas e informaciones, nosotros como ciudadanos debemos exigir respeto y tolerancia. Los gobiernos deben garantizar el libre ejercicio del periodismo así como el acceso sin restricciones a la información pública, que es la principal y más importante fuente de noticias para una sociedad.
Ninguna limitación a la libertad de expresión puede ser concebida en un estado democrático, los medios son el vehículo de la libre expresión y por ende ninguna presión o limitación a su actividad puede ser permitida.
Francisco Javier Touceiro Rodríguez.C.I. V-17758887
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